martes, 18 de septiembre de 2012

Arcadia


 Región de Grecia, situada en el centro del Peloponeso, muy montañosa, especialmente en el norte. La zona más próspera eran las llanuras orientales de Orcómeno, Mantinea y Tegea. Entre sus ríos se contaban el Alfeo, el Estínfalo y el Estige. Era una tierra de aldeas y por ello no tuvo gran influencia sobre la política griega, aunque Mantinea y Tegea fueron absorbidas en la expansión de Esparta, especialmente en el siglo V a.C. contra Esparta, que se unió posteriormente a la Liga Aquea. El aislamiento geográfico de Arcadia es la razón de algunos de sus rasgos distintivos. Sus habitantes se consideraban los pobladores más antiguos de Grecia. Su dialecto, que parece no haber tenido producción literaria y sólo se conoce por inscripciones, guarda una gran semejanza con el chipriota, una zona igualmente marginada de las influencias griegas posteriores, y por ello se conoce como arcadio-chipriota. Se asemeja también mucho al griego micénico, lo cual sugiere que Arcadia, debido a su terreno montañoso, sería inaccesible a la invasión dórica. Arcadia también conservó extraordinariamente ritos y cultos; los dioses Hermes y Pan tienen una estrecha conexión con esta región. Según una tradición, Zeus nació en el monte Liceo. Por medio de Evandro, de quien se decía que era arcadio, esta región estuvo ligada a los orígenes de Roma. En Basas se construyó un famoso templo en honor de Apolo. El poeta romano Virgilio presenta como tema de la poesía bucólica una imagen idealizada de la vida pastoril de Arcadia, el hogar de Pan. La expresión coloquial latina, acuñada a partir de las pinturas pastoriles del siglo XVIII, et in Arcadia ego, que a menudo se traduce “yo también he vivido en Arcadia”, posiblemente signifique, más correctamente, “yo también me encuentro en Arcadia”, y se refiera a la muerte. // Para los poetas clásicos, la Arcadia era el símbolo de la serenidad rural, la armonía de la legendaria Edad de Oro. Las Églogas de Virgilio ejemplifican el modo ideal de vida pastoril en la Arcadia, donde pastores y pastoras, apartados de la “vida real”, se dedican a sus rebaños y sus canciones. (Cuddon)

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