En
la escenografía del teatro romano, telón trasero que, contrariamente a lo que
sucede en la actualidad, se bajaba al comenzar la representación y sólo se
levantaba cuando la función había terminado. El movimiento ascendente se
lograba mediante un
sistema de astas, de pequeños fosos y probablemente de contrapesos, colocados
en el foso del telón.
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